Llegaste al Real Madrid con la etiqueta del "nuevo Pelé". ¿Cómo llevas las comparaciones?
Pelé era un jugador inigualable: en toda la historia del fútbol no habrá otro igual. Yo no quiero parecerme a nadie: yo soy Robinho.
Y Robinho, ¿cómo sobrelleva la presión?
Estoy acostumbrado. Ten en cuenta que fiché por el Santos, uno de los equipos más importantes de Brasil y del mundo, siendo sólo un niño. Y cuando juegas con la selección brasileña, siempre hay mucha presión. ¿Mi secreto para soportarla? Disfrutar jugando. Si te lo pasas bien con lo que haces, la presión desaparece.
Proponme un ejercicio de relajación que te funcione.
(Se parte de risa) A mí difícilmente me verás nervioso. Pero si estoy un poco tenso, escucho samba. A mí me gusta tocar la pandereta porque, lo que es bailar, bailo poco.
¿Qué te resulta más complicado: superar una barrera de jugadores o una de periodistas?
(Se ríe) Si haces un mal partido, superar a los periodistas es complicado, y más jugando en el Madrid, porque te caen palos por todas partes. En el campo también es difícil, porque todos los equipos quieren ganar al Madrid y se entregan a tope contra nosotros.
¿Cómo llevas la fama?
Nunca me ha interesado, la verdad. Mi filosofía vital es ser humilde siempre y tomarme las cosas con normalidad. No me molesta que la gente me pida autógrafos, porque cuando yo era niño también admiraba a los grandes jugadores y quería acercarme a ellos. Para mí es un halago que me pidan autógrafos y me quieran. Lo demás, en cambio, me interesa menos.
Se habla mucho de tu capacidad de desequilibrio. ¿La improvisación se puede trabajar?
Cuando era pequeño y jugaba al fútbol en la calle, el suelo era muy irregular, había muchos baches y tenía que salvarlos para no parar el partido. Esto me hizo más rápido y aumentó mi capacidad de improvisar. Pero la improvisación no se trabaja, surge de manera espontánea porque el fútbol no es una cosa que se pueda estudiar. La teoría sirve de poco. A veces se presentan determinadas situaciones que debes resolver echando mano de la improvisación. ¿Cómo trasladar la improvisación a los trabajos de los lectores de MH? Tienen que tratar de reaccionar ante los problemas de la manera más rápida posible.
Te propongo una situación. Estamos en la final de la Copa del Mundo. Falta un minuto, Brasil pierde por un gol y tú te dispones a tirar el penalti que os permitirá ir a la prórroga. ¿Cómo consigues concentrarte en un momento así?
Si estoy jugando bien y estoy disfrutando, es muy fácil. Si las cosas están saliendo mal, la situación se complica. Yo trato de no pensar en nada más que en meter el gol. Me suelo proyectar mentalmente y pensar la manera en que voy a celebrar la victoria, nunca pienso en que voy a fallar.
Para algunos entrenadores, el "jogo bonito" está reñido con la eficacia. ¿Qué opinas al respecto?
En el fútbol de hoy en día, lo principal es el resultado. Pero si puedes ganar y dar espectáculo al mismo tiempo, mucho mejor. La afición brasileña no sólo quiere que la selección gane, también que deslumbre en el campo.
Empezaste como jugador de fútbol sala. ¿Entrenar en un campo de dimensiones más reducidas sirve para mejorar la técnica?
Aunque hay muchas diferencias entre ambas modalidades, el fútbol sala te obliga a ser muy rápido de pies y mentalmente. Y esto siempre se agradece cuando saltas al fútbol grande.
Durante casi toda la temporada juegas dos partidos por semana, a menudo con desplazamientos de cientos (e incluso miles) de kilómetros. ¿Cómo te cuidas para recuperarte de semejante palizón?
Llevo una vida saludable, especialmente en el tema de la alimentación. Para mí, mantener los mismos horarios en todas las comidas es básico para poder rendir bien en el campo. Los días que tengo partido, almuerzo a las dos, tomo algo ligero a media tarde y ya no vuelvo a comer hasta después del partido. No me gusta jugar con el estómago lleno.
¿Sugiéreme una comida o un batido que obre contigo efectos milagrosos?
(Vuelve a reír) No hay remedios milagrosos. Sólo dormir mucho y bien. La comida española es muy buena y apenas hecho de menos la brasileña. Tomo mucha fruta y zumos. Pero no soy muy de comer dulces ni de picotear entre comidas.
Descríbenos qué cualidades debe tener el jugador de fútbol perfecto.
Ha de tener un buen pase, velocidad, desborde y ser inteligente, nada más. Si uno es inteligente, puede jugar en cualquier equipo. Claro que también hay que trabajar todos los días y entrenar.
Se dice que los brasileños funcionáis mejor con cariño que con castigo. ¿Cuál es el mejor truco de motivación que te han dado cuando estabas pasando por un mal momento?
(Una gran carcajada) Eso es verdad. Lo principal para los brasileños es que nos dejen ser felices. Con una sonrisa de oreja a oreja, vamos a rendir mucho más. Ese es el mejor truco de motivación: ser feliz. A mí, la felicidad me la da estar con mi familia y ver que todos tienen buena salud.
Acabas de tener un hijo. Si quisiera ser futbolista, ¿qué consejos le darías?
Me encantaría, aunque siempre tendría que soportar la presión de las comparaciones conmigo. Pero le animaría igualmente y le aconsejaría que luchara, luchara y luchara porque, aunque no es fácil, se puede lograr. Yo de pequeño tuve muchas dificultades. Al principio mi padre tenía dos trabajos para que yo pudiera ir a entrenar. Si hoy soy futbolista es gracias a mis padres. fuente: menshealth.com
Recibe los temas de Hombre saludable en tu correo electronico, click aqui.
Pelé era un jugador inigualable: en toda la historia del fútbol no habrá otro igual. Yo no quiero parecerme a nadie: yo soy Robinho.
Y Robinho, ¿cómo sobrelleva la presión?
Estoy acostumbrado. Ten en cuenta que fiché por el Santos, uno de los equipos más importantes de Brasil y del mundo, siendo sólo un niño. Y cuando juegas con la selección brasileña, siempre hay mucha presión. ¿Mi secreto para soportarla? Disfrutar jugando. Si te lo pasas bien con lo que haces, la presión desaparece.
Proponme un ejercicio de relajación que te funcione.
(Se parte de risa) A mí difícilmente me verás nervioso. Pero si estoy un poco tenso, escucho samba. A mí me gusta tocar la pandereta porque, lo que es bailar, bailo poco.
¿Qué te resulta más complicado: superar una barrera de jugadores o una de periodistas?
(Se ríe) Si haces un mal partido, superar a los periodistas es complicado, y más jugando en el Madrid, porque te caen palos por todas partes. En el campo también es difícil, porque todos los equipos quieren ganar al Madrid y se entregan a tope contra nosotros.
¿Cómo llevas la fama?
Nunca me ha interesado, la verdad. Mi filosofía vital es ser humilde siempre y tomarme las cosas con normalidad. No me molesta que la gente me pida autógrafos, porque cuando yo era niño también admiraba a los grandes jugadores y quería acercarme a ellos. Para mí es un halago que me pidan autógrafos y me quieran. Lo demás, en cambio, me interesa menos.
Se habla mucho de tu capacidad de desequilibrio. ¿La improvisación se puede trabajar?
Cuando era pequeño y jugaba al fútbol en la calle, el suelo era muy irregular, había muchos baches y tenía que salvarlos para no parar el partido. Esto me hizo más rápido y aumentó mi capacidad de improvisar. Pero la improvisación no se trabaja, surge de manera espontánea porque el fútbol no es una cosa que se pueda estudiar. La teoría sirve de poco. A veces se presentan determinadas situaciones que debes resolver echando mano de la improvisación. ¿Cómo trasladar la improvisación a los trabajos de los lectores de MH? Tienen que tratar de reaccionar ante los problemas de la manera más rápida posible.
Te propongo una situación. Estamos en la final de la Copa del Mundo. Falta un minuto, Brasil pierde por un gol y tú te dispones a tirar el penalti que os permitirá ir a la prórroga. ¿Cómo consigues concentrarte en un momento así?
Si estoy jugando bien y estoy disfrutando, es muy fácil. Si las cosas están saliendo mal, la situación se complica. Yo trato de no pensar en nada más que en meter el gol. Me suelo proyectar mentalmente y pensar la manera en que voy a celebrar la victoria, nunca pienso en que voy a fallar.
Para algunos entrenadores, el "jogo bonito" está reñido con la eficacia. ¿Qué opinas al respecto?
En el fútbol de hoy en día, lo principal es el resultado. Pero si puedes ganar y dar espectáculo al mismo tiempo, mucho mejor. La afición brasileña no sólo quiere que la selección gane, también que deslumbre en el campo.
Empezaste como jugador de fútbol sala. ¿Entrenar en un campo de dimensiones más reducidas sirve para mejorar la técnica?
Aunque hay muchas diferencias entre ambas modalidades, el fútbol sala te obliga a ser muy rápido de pies y mentalmente. Y esto siempre se agradece cuando saltas al fútbol grande.
Durante casi toda la temporada juegas dos partidos por semana, a menudo con desplazamientos de cientos (e incluso miles) de kilómetros. ¿Cómo te cuidas para recuperarte de semejante palizón?
Llevo una vida saludable, especialmente en el tema de la alimentación. Para mí, mantener los mismos horarios en todas las comidas es básico para poder rendir bien en el campo. Los días que tengo partido, almuerzo a las dos, tomo algo ligero a media tarde y ya no vuelvo a comer hasta después del partido. No me gusta jugar con el estómago lleno.
¿Sugiéreme una comida o un batido que obre contigo efectos milagrosos?
(Vuelve a reír) No hay remedios milagrosos. Sólo dormir mucho y bien. La comida española es muy buena y apenas hecho de menos la brasileña. Tomo mucha fruta y zumos. Pero no soy muy de comer dulces ni de picotear entre comidas.
Descríbenos qué cualidades debe tener el jugador de fútbol perfecto.
Ha de tener un buen pase, velocidad, desborde y ser inteligente, nada más. Si uno es inteligente, puede jugar en cualquier equipo. Claro que también hay que trabajar todos los días y entrenar.
Se dice que los brasileños funcionáis mejor con cariño que con castigo. ¿Cuál es el mejor truco de motivación que te han dado cuando estabas pasando por un mal momento?
(Una gran carcajada) Eso es verdad. Lo principal para los brasileños es que nos dejen ser felices. Con una sonrisa de oreja a oreja, vamos a rendir mucho más. Ese es el mejor truco de motivación: ser feliz. A mí, la felicidad me la da estar con mi familia y ver que todos tienen buena salud.
Acabas de tener un hijo. Si quisiera ser futbolista, ¿qué consejos le darías?
Me encantaría, aunque siempre tendría que soportar la presión de las comparaciones conmigo. Pero le animaría igualmente y le aconsejaría que luchara, luchara y luchara porque, aunque no es fácil, se puede lograr. Yo de pequeño tuve muchas dificultades. Al principio mi padre tenía dos trabajos para que yo pudiera ir a entrenar. Si hoy soy futbolista es gracias a mis padres. fuente: menshealth.com
Recibe los temas de Hombre saludable en tu correo electronico, click aqui.
No hay comentarios:
Publicar un comentario