Gracias a los estiramientos puedes mantener a tus músculos flexibles y prepararlos para que se pongan en acción. Cada vez que estiras, aumentas la extensión de los movimientos, evitas molestias en las articulaciones, mejoras la coordinación de los movimientos y agilizas la oxigenación del músculo.
Pulsa aquí para acceder al listado de estiramientos
¿Cuándo estirar?
Completa la tabla todos los días después de tu entrenamiento de musculación. Ten en cuenta que los músculos que has ejercitado están congestionados, de ahí la conveniencia de estirarlos suavemente para descontracturar un poco. El resto, en cambio, puedes estirarlos más intensamente.
¿Cómo entrar?
Ponte en la posición inicial y ve buscando el punto de estiramiento. Muévete suavemente y ve progresando hasta que la intensidad del estiramiento esté a punto de dolerte, pero sin llegar a hacerlo. Cuando lo sientas, aguanta 10 segundos y, luego, cede lentamente. Eso cuenta como una repetición. Haz 2 repeticiones por grupo muscular. En la segunda fase intenta llegar un poco más allá. En el caso de tratarse de un estiramiento bilateral, estira primero dos veces la parte derecha y luego otras dos la izquierda.
Siempre en caliente
Al aumentar su temperatura, el músculo crece en viscosidad y, consiguientemente, en elasticidad. No hagas estiramientos en frío porque, por un lado, corres mayor peligro de sufrir una lesión muscular y, por otro, conseguirás resultados mucho menos satisfactorios. Por esa misma razón, no debes hacer servir los estiramientos como calentamiento.
Evita el dolor
El dolor siempre te avisa de una posible lesión. Rehúye también los rebotes, ya que aunque te pueden servir para llegar más lejos cuando estiras, también multiplican el riesgo de distensión o rotura fibrilar. Evita asimismo aquellos estiramientos en los que no sientas claramente la prolongación muscular buscada, puesto que puedes estar forzando los ligamentos articulares.
Un buen truco
Para acordarte de todos los estiramientos, empieza siempre desde abajo y ve subiendo. Es decir, comienza por los gemelos, continúa con los músculos del muslo, cuádriceps, femorales y adductores, de ahí sube a los glúteos y así progresivamente hasta llegar al cuello. fuente: menshealth.com
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Siempre en caliente
Al aumentar su temperatura, el músculo crece en viscosidad y, consiguientemente, en elasticidad. No hagas estiramientos en frío porque, por un lado, corres mayor peligro de sufrir una lesión muscular y, por otro, conseguirás resultados mucho menos satisfactorios. Por esa misma razón, no debes hacer servir los estiramientos como calentamiento.
Evita el dolor
El dolor siempre te avisa de una posible lesión. Rehúye también los rebotes, ya que aunque te pueden servir para llegar más lejos cuando estiras, también multiplican el riesgo de distensión o rotura fibrilar. Evita asimismo aquellos estiramientos en los que no sientas claramente la prolongación muscular buscada, puesto que puedes estar forzando los ligamentos articulares.
Un buen truco
Para acordarte de todos los estiramientos, empieza siempre desde abajo y ve subiendo. Es decir, comienza por los gemelos, continúa con los músculos del muslo, cuádriceps, femorales y adductores, de ahí sube a los glúteos y así progresivamente hasta llegar al cuello. fuente: menshealth.com
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